Es una realidad: los cachorros lucen adorables, tiernos y divertidos. Probablemente por eso la mayoría de las personas que piensa en adoptar pregunta por un cachorro. Tan sólo en 2019, en Omeyocan tuvimos 27 adopciones de perros, siendo el 26% de menores de un año y el 77% de menores de 3 años.
Pero, ¿te has preguntado cuál es la diferencia entre adoptar un cachorro o un perro adulto?
Cuando adoptas a un cachorro lo más importante que debes saber que estás adoptando a un bebé o niño que requiere atención y educación, juegos, juguetes y posiblemente más actividad física que un perro adulto. Las habilidades sociales y de aseo suele aprenderlas de su madre en los primeros 2-3 meses de edad; si lo adoptas antes podrías requerir enseñarle. Además debes considerar que su temperamento aún es maleable por las experiencias.
Cuando adoptas a un perro adulto, sabes de qué tamaño y temperamento es, por ejemplo ya sabes si se lleva bien con niños o con gatos (¡en Omeyocan te daremos esta información de nuestros pequeños en adopción!). Además le estarás dando una oportunidad a un perrito que posiblemente tenga muchas menos posibilidades de tener un hogar, especialmente para perfiles de perros como aquellos de 10 o más años, de aspecto no convencional o con alguna condición de salud o discapacidad, etc.
Pero tampoco generalicemos: no es que todos los cachorros sean MUY activos y todos los adultos sean MUY pasivos, ¡hay de todo! Si vas a adoptar y ya tienes otro perrito en casa, es recomendable que adoptes a un perrito de edad y temperamento similar al que ya tienes para evitar conflictos. Por eso también es muy recomendable que tu perrito sea parte del proceso cuando vayas a conocer a los adoptables; no todos los perros adultos le tienen paciencia a un tierno cachorro, como no a todos los adultos los enloquece la idea de estar 24 horas con un bebé o un niño pequeño y travieso.
Por otra parte, los perros según su raza y tamaño viven en promedio hasta los 12 o 16 años (lo cual depende de muchos factores, por ejemplo razas grandes viven menos que razas chicas). Así que si adoptas a un adulto mayor (considerado en perros como 5 años en razas grandes y 8 años en razas pequeñas) todavía tiene la mitad de su vida para compartir contigo, ¡yeiiii! Por ejemplo, el perro que vivió más tiempo fue Bluey, un pastor ganadero que vivió 29 años (pero esa es otra historia).
Cachorros y adultos pueden (y deberían) aprender habilidades y trucos como ir al baño a un lugar y horario específico, dar la pata, traer la pelota, etc. Lo anterior no sólo los vuelve más sociables sino también la actividad mental es buena para su salud.
En una entrada más adelante hablaremos sobre las conductas destructivas que pueden tener ambos y cómo tratarlas, ya que no son exclusivas de cachorros.
Ante cualquier duda, consulta con tu médico vetenarinario y/o etólogo (especialista en comportamiento).
Así que ahora que lo sabes, ¡tú decides!
En Omeyocan estamos para apoyarte y orientarte con tu decisión, ¡abre tu corazón a la adopción!
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